Comprando nuestro primer hogar
Lo veo como un testimonio de como Dios nos bendijo con nuestro hogar y por eso lo comparto.
Una mañana decididos a hacer lo necesario fuimos a las oficinas de gobierno a pedir una orientación y ayuda para poder adquirir nuestro primer hogar. Recuerdo que estaba en el sexto o septimo mes de embarazo de mi hijo menor. Nos levantamos muy temprano para que mi esposo fuera a trabajar y yo poder llegar hasta las oficinas de gobierno a tiempo. Ya en días anteriores había llamado utilizando un número que encontré en internet y me habían dado una lista de algunos documentos que tenía que llevar para verificar nuestra elegibilidad. Recuerdo que ya tenía los documentos conmigo y llegue a hacer turno desde temprano . Pasaba el tiempo y seguían llegando personas. Escuchaba historias de algunos que me decían que si solicitaba como mujer casada me lo negarían todo. En todo momento yo me decía a mí misma que no iba a mentir y que si me negaban la ayuda era porque no era el momento. Yo siempre estuve confiada en que el Señor me abriría las puertas necesarias y según su voluntad. Escuchaba historias de personas que solo mintiendo los habían ayudado y yo seguía con mi mente clara en mi manera de pensar. Ahora pienso, a la verdad que el enemigo es bien mentiroso.
Llegó la hora en que empesaban a atender al público y después de llamar a unas personas me llamaron a mí. Llegué a la oficina con los documentos en mano y la secretaria muy atenta me recibió y me atendió. Esperé un pequeño rato y me metieron a una oficina donde me evaluó la encargada de uno de los programas de ayuda. Luego de ver mis documentos y ver las opciones que tenía sobre la mesa me dieron la noticia de que no cualificaba porque según lo que ellos entendían el ingreso de mi esposo era alto como para cumplir los requisitos de la ayuda que yo estaba solicitando. Teníamos que ser en total 5 de familia y apenas con el bebé que estaba por nacer seríamos 4 en total. Me ofrecieron otras ayudas adicionales, pero no era seguro y no podía cumplir con algunos de los requisitos que ya de entrada me estaban mencionando. Honestamente me sentí frustrada y pensaba que no era justo porque realmente teníamos la necesidad de un hogar y no le estaba pidiendo al gobierno que me dieran una casa gratis sino una ayuda para poder comprar un hogar y no depender de nadie más.
Salí de la oficina dándole las gracias a la persona que me atendió por su amabilidad y su tiempo. Dentro de mí yo misma trataba de darme ánimos y me decía pues al menos lo intenté y no me quedé de brasos cruzados.
Pasaban los meses y mientras seguíamos mirando casas nos dimos con unas personas no muy honestas que digamos. Unos "realtors" que intentaron vendernos una casa que nos gustó bastante, pero que dentro de nosotros sabíamos que la historia que nos contaban sobre el motivo por el cual nos vendían la casa no concordaba con las cosas que habíamos visto en las varias ocasiones en que fuimos a ver la propiedad. Lo otro fué que nos estaban pidiendo dinero que no era necesario y cuando hablamos con el dueño entendimos que ellos nos querían robar dinero tanto al dueño como a nosotros. Luego recibimos llamadas y mensajes de voz en los que nos amenazaban con demandarnos cuando nosotros nunca dimos ni información privada ni documentos ni nada que nos comprometiera. En fin, entendimos que Dios nos puso en esa situación para que esas personas no pudieran engañar a el dueño de la propiedad y le damos gracias a Dios porque nos protegió en ese momento.
Durante ese año recibimos una cita para mi niño mayor que recibe ahora terapias del habla. Lo citaron para una evaluación en un centro de terapias. Fuí temprano a la cita y después de que lo evaluaron y salgo mi esposo me dice en el estacionamiento: Wilmy, me acaban de llamar de las oficinas donde fuimos a solicitar ayuda para comprar la casa y me dicen que tienen una casa totalmente remodelada para nosotros y una ayuda de $27,000 para comprarla a lo que reaccioné sorprendida y hasta dudé por miedo a que nos estuvieran tomando el pelo.
En ese momento les juro que hasta sentí desconfianza y yo le preguntaba a mi esposo: ¿Tu estas seguro que es del mismo sitio? Pero si ellos me habían dicho que no cualificábamos. El me dice: Me dijeron la información que tu llevaste y yo la confirmé y me dijeron que no cabía duda, que eramos nosotros. Luego me dijeron que si nos interesaba que llamemos para hacer una cita y mostrarnos la casa.
Decidimos llamar y coordinar para el día siguiente en la mañana, pero que nervios los que sentíamos. En la conversación le habían dado los detalles de la dirección de la casa a mi esposo así que con la curiosidad decidimos pasar a verla antes de lo acordado por lo menos para ver la fachada. Llegamos a la casa y estaba enyerbado el patio, pero aún así por la ventana de cristal mi esposo se asomó y quedó enamorado. Yo ví la casa y dentro de mí veía los alrededores y no me llamaba mucho la atención, pero mi esposo super contento me decía: Wilmy yo creo que esta es la casa que estabamos buscando, yo creo que esta es. Estuvimos toda la noche pensando en la casa y yo le decía al Señor: Padre si esta es la que tu tienes para nosotros te pido que por lo menos a mi me guste el cuarto principal ya que eso era lo que yo estaba buscando en las demás casas que había visto y que hasta en momento la única que cumplió con eso era la que estuvimos apunto de comprar y resultar engañados. Al día siguiente nos levantamos ajorados, ya mi esposo había avisado que llegaría un poco tarde a su trabajo y queríamos llegar a tiempo para que nos mostraran la casa. Ya listos salimos de la casa rápido y ya ibamos en dirección a ver la casa denuevo. Llamamos al inspector que era quien nos mostraría la casa y le avisamos que ya estabamos en camino. Al llegar a la casa había una brigada del municipio limpiando el patio porque la casa era del municipio. Así que ya yo la veía mejor porque estaba más limpio el patio. Saludamos al inspector y nos empiesa dar los detalles de la casa. Ya mi bebé había nacido así q yo lo llevaba en brasos y el mayor lo tenía su papá agarrado de la mano, pero una vez llegamos al interior de la casa el corrió por todos lados. Nos mostraron los gabinetes donde todo era nuevo entramos por el pasillo y empesamos a ver los closet hasta que nos muestran el cuarto principal y yo veo aquel cuarto tan grande y yo no podía creer lo que yo estaba viendo. Ahí yo sentí que el Señor me confirmó que esa era la casa que El tenía para nosotros. Aún así seguimos mirando y todo en la casa era nuevo. Honestamente tanto mi esposo como yo estábamos maravillados porque no podíamos creer que Dios nos estuviera bendiciendo de tal manera. Vimos los otros cuartos y el segundo cuarto también era grande. Ya yo me estaba imaginando a mis chicos jugar en su cuarto y correr por toda la casa. Nos muestran el tercer cuarto, la marquesina que también era enorme y el patio que también tenía la casa y yo la veía como la casa perfecta. Me encantaba el hecho de que la casa no me quedaba pegada pared con pared del vecino y eso me daría privacidad. Era exactamente lo que habíamos estado buscando por tanto tiempo. No quiero que piensen que yo era demasiado exigente, pero siempre he aprendido que cuando uno quiere algo y se lo pide al Señor que lo debemos pedir tal cual lo queremos y que el Señor lo dará conforme a su voluntad y que seremos bendecidos en gran manera. Yo solo estaba reclamando eso en lo que yo he creído y lo estaba declarando mío ya y así mismo lo creí en mi corazón.
Honestamente nos sentíamos inmerecedores de tan grande bendición. Ahora venía el próximo paso, nos despedimos y llamamos a la agencia y pedimos hablar con la persona encargada para que nos digera cual sería el próximo paso a seguir. Nos pidieron que pasaramos por la agencia para buscar una lista de documentos que ellos necesitaban para comenzar los trámites y así lo hicimos.
Al ver la lista nos dimos cuenta que teníamos tarea para varias semanas. Hacer citas para tomar charlas, hacer gestiones con los bancos, más gestines pero con agencias de gobierno que en su gran mayoría nos complicaban todo cada vez más y vestirnos de paciencia, mucha paciencia. Definitivo en cada momento Dios nos acompañaba porque en cada gestión que hacíamos siempre nos pasaba algo de manera que las gestiones las planificábamos de una manera y nos salían de otra. Fueron de 3 a 4 largos meses haciendo gestiones, recibiendo y haciendo llamadas, y hasta una multa nos ganamos por la prisa y la desesperación en comprar un bolígrafo negro, jejeje!!! Ese es el bolígrafo que más caro nos ha costado en la vida, pero gracias a Dios por todas esas experiencias que luego nos hacen reirnos y valorar más lo que tenemos. Recuerdo que hasta nos salía en las computadoras del gobierno que teníamos negocio propio y hasta eso tuvimos que resolver porque nada de eso es cierto.
Una de las gestiones que más me sacó de carrera fué cuando nos dimos cuenta de que alguien había robado mi identidad, cogieron una cuenta de teléfono a mi nombre y para completar no la pagaron así que sino lo resolvía mi crédito se vería seriamente afectado para la compra de la casa. Una vez más Dios estuvo ahí y pudimos resolver y presentar las querellas necesarias para que me arreglaran mi reporte de crédito.
El otro gran reto fué comprar sin tener todo el dinero para la compra y que gracias a personas de la familia a las que Dios le tocó el corazón nos prestaron dinero y aún nosotros con temor de quedar más endeudasos de lo debido pudimos responder con el dinero devuelta. Creo que Dios nos dió más de lo que esperábamos recibir. Mi esposo me decía, no sé quien, pero alguien está orando por nosotros y Dios nos está bendiciendo.
Bueno, a fin de cuentas y luego de tantos tropiezos pudimos tener el gusto de firmar los documentos de la compra de la casa. En el momento hasta hubo y el propio alcalde Ramón Luis Rivera (Hijo) nos entregó las llaves de nuestro nuevo hogar. El proceso nos tomó varias horas, pero q felicidad recibir esas llaves a la mano y llegar a nuestra casa por primera vez con la familia y celebrar esa gran compra.
Tal vez les parezca muy largo este escrito y muchos lo verán como una bobería, pero para mí es muy importante testificarles cómo vemos nosotros que Dios obró en la vida de nuestra familia y metió la mano en cada detalle. Sólo les quiero decir que si Dios se metió en cada cosa y en cada situación por la que nosotros pasamos para comprar nuestra casa en todos esos meses, estoy segura de que no importa por la situación que ustedes estén pasando pónganla en las manos de Dios y confíen en Él y verán su obra. Recuerden también que no es en nuestro tiempo sino en el tiempo de Dios. Y si por una u otra razón no se da como nos pasó con la primera casa, es porque Dios tiene algo mejor para nosotros y porque nos quiere proteger. Todo tiene un propósito y tal vez no lo entendemos al momento, pero al pasar del tiempo ataremos cabos y entenderemos las maneras en que Dios ha obrado en nuestras vidas y en la de los nuestros.
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